18 de octubre del 2019. Prende la rebelión. Las, los y les estudiantes evaden el metro como forma de lucha. Al día siguiente, miles de personas salimos a la calle a protestar con nuestras cacerolas. Hartas de pensiones indignas, de educación y salud humillantes, de abusos de todo tipo. Estallan en todo Chile, la rabia y la decepción contenidas por 30 años. Somos millones en las calles. El presidente Piñera nos declara la guerra. Miles de personas presas, heridas, y muchas violadas, cegadas y hasta muertas. Aun así, salimos las que estamos por un cambio radical en nuestro país, sin banderas de partidos o de organizaciones tradicionales. Es la rebelión del pueblo. El gobierno paralizado y los partidos políticos descolocados, responden llamando a un plebiscito que podría cambiar la constitución de raíz.

En Valparaíso, el grupo Las Tesis, comparte su trabajo feminista y hace la primera performance de “Un Violador en tu camino”, poniendo en palabras y gestos lo que millones de mujeres hemos vivido. La emoción es profunda, auténtica, poderosa. Luego, espontáneamente, de boca en boca, miles de mujeres nos organizamos en las redes sociales para hacer la performance de Las Tesis “Senior” en el Estadio Nacional, el 4 de diciembre.

Fue en las mismas redes de Las Tesis senior, en donde algunas de nosotras comenzamos a preguntarnos cómo podíamos influir en la nueva constitución. Sólo 2 días después armamos un grupo WhatsApp entre las que queríamos formar un partido político. Nuestra primera asamblea fue la semana siguiente. No nos conocíamos, pero las 70 mujeres que participamos, estábamos ansiosas por hacer algo distinto. Un partido político con una ética feminista, de la colaboración, donde todas, todos y todes fueran escuchadas, y tuvieran poder de decisión. Armamos comisiones de trabajo y ¡así empezó todo!

Tuvimos varias asambleas, en Santiago, Valparaíso y Concepción, donde discutimos a fondo los principios que nos iban a guiar. Recogimos la opinión de cada una y hoy tenemos 13 principios potentes y revolucionarios.

Esos principios guiarán a las 100 fundadoras de Alternativa Feminista, y a muchas otras, impacientes por sumarse a este movimiento. Es con estos principios con los que iremos a las calles, a los barrios, a los pueblos, a las organizaciones sociales y a las universidades.

Nuestro compromiso es, a actuar de manera consecuente con estos principios. Velaremos porque nuestras representantes tengan esta misma consecuencia a través de un estricto rendimiento de cuentas frente a quienes las han elegido. Nos compromentemos también a actuar siempre bajo una ética feminista y una mirada interseccional; y que nuestras prácticas sean colaborativas, sororas, no homogeneizantes y democráticas.

Sabemos que si hemos llegado hasta aquí es gracias a los caminos abiertos por generaciones de feministas. Quisiéramos honrarlas aquí, porque sin su visión y su coraje, este momento sería impensable.

Somos conscientes que los distintos feminismos se han organizado históricamente fuera de los partidos, desconfiando de las instituciones políticas del patriarcado. Sabemos también que la desconfianza hacia los partidos es tan grande, que no todas las compañeras querrán participar de esta iniciativa. Lo entendemos y lo respetamos.

Aun teniendo en cuenta estas dificultades, creemos que la nueva constitución no puede ser redactada sin presencia feminista. Hay muchísimas mujeres que quieren participar. En estas pocas semanas hemos sumado a más de mil a esta voluntad de hacer partido. Mil mujeres dispuestas a trabajar duro para cambiar su entorno desde una ética feminista. Eso nos llena de entusiasmo y de optimismo.

Estamos por un mundo sin guerras, sin discriminación hacia las mujeres, y tampoco hacia los pueblos originarios, hacia las disidencias funcionales, sexuales y de género, hacia las personas neurodivergentes, hacia las, los y les migrantes, hacia las niñas, niños y niñes, hacia las personas mayores. Sin clasismo, sin racismo, sin femicidios ni crímenes de odio. Esa es nuestra utopía, el horizonte hacia el que queremos avanzar. Un mundo feminista para todas, todos y todes.

Es un desafío enorme, lo sabemos. Pero somos optimistas. Porque somos muchas y seremos muchas más. Porque, estamos convencidas, de que cada día, se sumarán nuevas compañeras, compañeros y compañeres.

“Chile despertó”. Es cierto. Chile despertó de un letargo triste y gris. Y despertó recordando un sueño feminista. Un sueño de equidad, de diversidad, de inclusión real. Vamos a trabajar duro para hacer realidad este sueño.

¡Esto es el PAF!