A mi memoria vienen constantemente, las innumerables ocasiones en que una de mis parejas me fue infiel con diferentes mujeres. Mujeres, que de una u otra manera quedaban enredadas en la tela de araña de acoso y persecución amorosa de las que eran objetos por hombres como él.
Ellas que al igual que yo, habían sido formadas en la idea del amor romántico que la sociedad nos ha vendido e impuesto como el único modelo legítimo de amarse en pareja. Ese amor romántico que domestìca y cosifica los cuerpos femeninos, expresión machista del amor que obedece al orden político capitalista y patriarcal imperante.
He perdido la cuenta de las veces que he llorado el menosprecio, la irresponsabilidad afectiva y el trato denigrante de la que he sido objeto por hombres con los que he convivido. No recuerdo con exactitud las veces que tuve temor de mis parejas cuando pasaban rápidamente del grito al golpe, en cosa de segundos, como forma natural de imponerse y dominar. He perdido la cuenta de cuántas veces esos hombres socialmente distinguidos como intachables y honrados, algunos de traje y corbata, otros grandes intelectuales y profesionales; pero que, con tanta facilidad me catalogaron de puta o me lanzaron otros improperios similares con la misma naturalidad con la que me decían te amo. Daban órdenes sobre las tareas domésticas a realizar y no dudaban en dejar en evidencia todo lo que se me estaba negado a hacer por mi condición de mujer.
A todo este cuadro machista y de opresión hay que agregar naturalmente la influencia religiosa y cultural que han creado en mí el sentimiento de culpabilidad por todos los males. He pedido perdón por errores y por faltas nunca cometidas, he tolerado que controlen unilateralmente mi maternidad y mi vida sexual sometiéndome a normas “tradicionales” dolorosamente establecidas para el género femenino.
He llorado como mujer sufrida y con actitud pseudo masoquista y sumisa en momentos cuando la amenaza era el abandono y el temor a quedar totalmente desprotegida de la seguridad económica, con una vida profesional propia truncada que nunca se convirtió en una alternativa real de independencia por la maternidad y la responsabilidad hogareña.
Mis relaciones estuvieron siempre atravesadas por los celos, la posesión y la idealización, mirada que se materializaba en el día a día tanto por parte de mis parejas como por mí misma. Desde la mirada diferente y actual que ahora poseo, me avergüenza y me duele profundamente haber permitido que eso ocurriera.
Deconstruyendo…
Desde el cuestionamiento a la sociedad patriarcal capitalista salté a la comprensión del feminismo, desde ahí comenzó también mi necesidad de replantearme cómo concebía el amor y por ende los vínculos sexo-afectivos. Me sumergí en este, para mí, un nuevo universo de la deconstrucción de las creencias impuestas desde niña. Primero me replanteé la monogamia, luego comencé a leer, a analizar y comprender más sobre cómo nos relacionamos en un mundo patriarcal y capitalista.
Con el tiempo y este nuevo rumbo que tomaron mis relaciones, entendí que había aprendido una nueva forma de amar, el amor horizontal, como me gusta llamarlo. Un amor con una nueva ética de amor y cuidado y con pilares fundamentales basados en la responsabilidad afectiva, la autonomía, el consentimiento, la transparencia, la equidad, la libertad personal, la horizontalidad, el cuidado de la red socio afectiva y el diálogo constructivo. Llegando a la conclusión de que no quiero encasillarme en ningún cuadro, ninguna definición; ni monogamia, ni amor libre, ni poligamia, tan solo quiero postular por relaciones sanas.
Entiendo que el camino de la deconstrucción es constante y nunca terminaré de deconstruirme, pero me parece muy importante la necesidad de poder compartir lo urgente de generar vínculos sanos en todas las relaciones. No solamente en las de carácter íntimo, sino también los familiares, de amistad y sociales de todo tipo.
Uno de los primeros razonamientos que quise dejar como consigna cuando comencé a transitar este camino, era qué tipo de vínculo definitivamente no quería volver a tener. Esto me condujo a la necesidad de repasar todas mis relaciones de pareja monógamas y tradicionales, las que por estar inmersas en este sistema me han llevado a reproducir las lógicas del amor romántico.
Podría seguir agregando mucho a este tema, sobre cada pilar que creo fundamental, pero mi objetivo con esta nota es dar cuenta de que ningún apelativo está errado, siempre y cuando entendamos la importancia de crear amores horizontales, de los cuales siempre se pueda aprender, se pueda cuestionar y reinventar.
Comprendí que la manera en la que queremos que se dé, la invento yo misma. Definiendo y decidiendo yo misma lo que me haga sentir mejor, con el cuestionamiento y rechazo al amor romántico como paso fundamental e imprescindible como primera consigna.
Comprendí que cada amor horizontal es un proceso de aprendizaje, que no tiene garantías, que se puede terminar en cualquier momento y que eso no está mal ni errado, siempre y cuando se realice con respeto, cariño y consideración mutua. Es guiarse por el camino de forma paralela y ecuánime.
Saberse en acompañamiento, al mismo tiempo de acompañar a alguien desde la horizontalidad, crea sin duda vínculos personales y sociales más perdurables y sostenibles en el tiempo.
“El amor se puede despatriarcalizar, descapitalizar, deconstruir, desmitificar, colectivizar y humanareinventar. Además, tiene un hermoso y noble potencial revolucionario”
Coral Herrera Gómez
Una sensación de llegada que surge desde el momento en que te das cuenta de que no te tratan de la manera que quieres que te traten. Y alejarte de las amistades, las relaciones, las asociaciones que no son saludables, te hacen sentir amadx, hermosx o cuidadx. Y en ese momento vuelves a ti mismx
Si el amor es mucho mucho mas de lo romántico y es una fuerza y un poder si lo vemos mas amplio que una relación entre parejas.
Y es un poderoso fuerza en una relación donde se respeta se reflexiona y se muestra igualdad y todo lo que es ser humano y una persona única al mismo tiempo igual cono los demás..
Gracias Coral.